Érase una vez
De
niña, mis días transcurrían inventando juegos
y contando cuentos e historias, en rima o en prosa. A los pocos años aprendí a
escribir y entonces mi madre me empezó a llamar Elena la Escritora.
El
sol ha brillado largos días desde mi más tierna infancia y, ahora, yo misma soy
madre y comparto con mi hija mi Amor por las letras, las historias, las
leyendas, las nanas, los relatos y los cuentos, sobre todo, por los cuentos
vivos, libres, coloridos, poéticos, que expresan sentimientos, sueños,
ilusiones, que vuelan, que son mágicos como las niñas, como los niños, como los
bebés. No me gustan las historias que manipulan, que intentan adoctrinar,
enseñar, adocenar, que cortan la imaginación, que coartan las libertades de los
niños y cuyo fin es el de atraparlos y encerrarlos en compartimientos estancos
llenos de reglas, dogmas y normas.
En
este blog hablaremos de bebés, de niños, de niñas, de adultos, de madres, de
padres, de mujeres, de hombres, de crianza, de cuentos, de relatos, de libros, de poemas, de los míos,
de los de otras personas, de cuentos respetuosos con la infancia, de poemas que
cantan la maternidad, de relatos que invitan a la reflexión y al desarrollo
personal.
Ser escritora, narradora, supone poseer la llave que puede abrir puertas entre la
niñez y la madurez. Los escritores somos los traductores de los sentimientos, de las emociones
y de las sensaciones que vivimos los seres humanos en las diferentes etapas y
edades de nuestras vidas. De todo esto, ni más, ni menos, hablaremos en este
espacio al que os invito y en el que espero que os sintáis como en vuestra casa.
Elena Mayorga
Ilustración: Rocío Araya Gutiérrez
Elena Mayorga
Ilustración: Rocío Araya Gutiérrez