Desap-Ego


Vivimos en una sociedad individualista que nos enfoca desde la niñez a la competitividad y al culto al ego. Pero no a un ego sano, consciente de sus propias necesidades y de las de los demás, sino a un ego enfermo, condicionado por el desconocimiento y el malestar.

La educación y crianza tradicionales, alentadas por un deseo de competitividad atroz, buscan alejarnos de la cooperación y el altruismo y de esta forma, apartarnos de nuestras verdaderas necesidades. También, anestesiarnos ante la existencia de l@s demás.

Llegamos a la adolescencia y posteriormente la edad adulta desconociendo cómo somos, cómo comprendernos a nosotr@s mism@s o a l@s demás, cómo escucharnos o escuchar, cómo sostenernos o sotener, cómo apoyarnos o apoyar o, simplemente, cómo amarnos o amar.

Nos centramos en nosotr@s, en nuestros problemas, y no podemos escapar del yo, de la turbación de nuestro ego herido, para acceder al nosotros. Esto deriva en gran parte de una niñez en las que nuestros padres nos criaron centrados en ellos, en sus egos dañados, en sus problemas, y se olvidaron de cubrir nuestras verdaderas necesidades: amor, compañía, cobijo, comprensión y respeto.

Nos centramos en nuestro egoísmo, en nuestro Ego anestesiado y nos olvidamos de l@s demás, de la confianza, de la compasión, del sostén mutuo, de la cooperación.

Para amar a l@s demás, primero tenemos que sanar nuestro Ego, acceder a nuestro verdadero Yo y aprender a amarnos a nosotr@s mism@s de forma incondicional, con compasión, sin complejos.

Si lo logramos, habremos salido del círculo del desap-ego.

Si lo logramos, habremos sanado nuestro Ego y tendremos acceso a nuestro verdadero yo.

Si lo logramos, habremos alcanzado el equilibrio en el amor. Podremos amar sin culpas, sin intereses ocultos, sin condiciones, a nosotr@s mism@s y a l@s demás.


Elena Mayorga

© Elena Mayorga Toledano. Ilustración de la portada realizada por Rocío Araya Gutiérrez. Con la tecnología de Blogger.