Falta empatía, falta compasión.


La pandemia ha demostrado que en nuestra sociedad muchas personas arrastran una enorme carencia de empatía y de compasión. 

Hemos visto como gente privilegiada, de muy diferente índole, se ha quedado anclada en sus pequeñas vidas. No han sabido evolucionar, se han mantenido en su posición extrema pensando que poseían la verdad (por irreal que esta sea) y que su verdad es la única e inamovible. 

Sin embargo, estas personas solo son conscientes de su pequeña verdad e ignoran la de los demás. 

Existen muchas realidades, tantas como criaturas vivas en el mundo. 


Tenemos que ser empáticos, compasivos, poder ir más allá de nuestra vida privilegiada, de nuestra única verdad e intentar comprender la de los demás. Comprender su dolor, su sufrimiento, su alegría, sus circunstancias vitales. 


Aprender a tomar perspectiva nos ayuda a liberarnos de las trampas del ego. Un ego, muy presente en estos días de pandemia en los que, como hemos podido comprobar, muchas personas se han quedado ancladas en sus pequeñas vidas privilegiadas. 



Elena Mayorga




© Elena Mayorga Toledano. Ilustración de la portada realizada por Rocío Araya Gutiérrez. Con la tecnología de Blogger.