Asumir la verdad es duro, pero profundamente sanador.


Aunque llevo ya muchos años hablando y escribiendo sobre crianza respetuosa, lo que me ha traído enfrentamientos y comentarios de todo tipo, aún me sorprendo cuando leo a
alguien justificando los malos tratos y los golpes recibidos en su infancia.

El haber sufrido golpes, castigos y todo tipo de violencia, no te convierte en mejor persona ni te prepara mejor para la vida.

A veces la realidad es tan dura de asumir, tanto, que muchas personas prefieren justificar lo injustificable, como que les pegaron, les maltrataron, por su bien, y que este tipo de crianza coercitiva, les ha ayudado a forjar su carácter y a tener una vida mejor.


No es cierto, la violencia recibida, solo les aportó dolor, incomprensión, sufrimiento y sumisión.


El dolor aporta dolor para todos.

El dolor aporta represión.

El dolor aporta incomprensión.

El dolor aporta malestar, jamás bienestar.


Ojalá algún día estas personas se reconcilien con la verdad y puedan liberarse, y liberar a las personas de su alrededor, de las consecuencias de la represión de su dolor.

Asumir la verdad es doloroso, cuesta mucho, pero resulta profundamente sanador.

Elena Mayorga

© Elena Mayorga Toledano. Ilustración de la portada realizada por Rocío Araya Gutiérrez. Con la tecnología de Blogger.