Aprendiendo a contar Cuentos: Objetos cotidianos
Ayer
llovía a raudales en nuestra ciudad, hacía fresco y el tiempo no invitaba a
salir a pasear. Para evitar el tedio y la tensión que se acumulan en los días
grises decidimos recurrir a la actividad favorita de Adriana (y la mía),
inventarnos un cuento con el que poder vivir una divertida aventura las dos y,
de paso, disfrutar juntas la mañana sin dejarnos llevar por el hastío.
Adriana
y yo, todos los días nos inventamos cuentos, rimas, relatos y jugamos con
ellos, algunos son largos y complejos, otros sencillos y fáciles de inventar. Existen
cuentos de día y cuentos de noche, cuentos libres y locos, y cuentos dulces y
tiernos, cuentos felices y cuentos más introspectivos, cuentos de calle y
cuentos de casa ...
A
lo largo de los años, primero como escritora y, más tarde, con la inspiración
de la maternidad, he diseñado muchas estrategias para darle formas a relatos,
nanas y cuentos. Dependiendo del día y de lo que desee o necesite escuchar
según las vivencias que haya tenido, Adriana escoge cuentos de un tipo, de
otro, combinados, etc. Por cierto, muchos de esos “trucos” los comparto con
Mamás, Papás, Abuelos, abuelas, educadores en el taller que imparto “Aprendiendo a contar cuentos”. Para que tod@s podamos
disfrutar con sus del precioso vínculo que crea el compartir cuentos, juegos,
creatividad y fantasía.
Poco
a poco, os iré contando, desde Palabras desde el Corazón, algunos de esos
trucos para contarle a vuestr@s hij@s vuestros propios cuentos, pensados y
contados desde el corazón. Hoy voy a empezar por los Cuentos de Objetos
Cotidianos.
Siguiendo
con mi relato os diré que ayer por la mañana mañana, al ver Adriana que no
íbamos a poder salir me dijo: “Mamá cuéntame un cuento sacado de tu bolso”.
Ahora
veréis en lo que consiste, cogimos mi bolso, nos sentamos las dos en una
alfombrita que tiene Adriana para jugar en el suelo y le dije a mi hija: saca
tres objetos del bolso (puede ser el número que tú quieras), ella extrajo una
piedra (me la había metido ella en un paseo el día anterior), unas gafas de sol
y unas llabes.
Con
los objetos en la mano, ya tenía bastante argumento para crear un nuevo cuento.
Pensé un momento en cómo combinarlos para contar una bonita historia y me
dispuse a contárselo. “Érase una vez …” (me encanta empezar con esas tres
mágicas palabras, nos lanzan directamente a las dos al mundo de los cuentos).
Cuando
cuentes y crees cuentos, déjate llevar, los cuentos no tienen porqué ser
siempre racionales o de personajes clásicos. En los cuentos puedes volar con
llaves mágicas, escalar montañas de merengue, comer miles de tartas de
chocolate, viajar en platillos volantes, hablar con locas ballenas o visitar
Plutón. Déjate llevar, la imaginación y
la creatividad se recuperan y poco a poco crecen y se liberan de las cadenas de
la racionalidad del adulto.
¡Ah
sí! Nuestro cuento, comenzaba así, poco a poco, si me visitáis os lo seguiré contando
…
“Érase
una vez unas gafas de sol a las que les apetecía salir a la lluvia. Como eran
de sol, nunca las sacaban a pasear los días lluviosos y sin embargo, ellas
estaban locas por sentir sobre sus cristales y sus patas las gotas de agua que
caían del cielo …” (©Elena Mayorga).
Elena Mayorga
¿Conoces "La estrella Pepita" el cuento escrito por Elena Mayorga e ilustrado por Rocío Araya?
Elena Mayorga
¿Conoces "La estrella Pepita" el cuento escrito por Elena Mayorga e ilustrado por Rocío Araya?